jueves, 16 de septiembre de 2010

¿Un nuevo camino?


Las 4:57 de la tarde, y por cada lóbulo de su cerebro van circulando a marchas forzadas todo tipo de pensamientos, no del todo positivos, y más bien rozando la negatividad en su totalidad.
Tiene 29 años y ya está cansado de luchar, como diría la estrofa de esa canción tan popular de los 60 evocando a la libertad. Y es que por sus lozanos años han ido pasando numerosos trenes que en su estación nunca se quedaron, bien por su pesimismo abrumador, bien porque las vías de comunicación estaban demasiado enmarañadas con la desconfianza o porque se limitaba a mirar para otro lado, temiendo comprometerse de lleno en una ilusión, en una idea, en un amor, por miedo a lo que todo bicho viviente tiene en este mundo que nos toco vivir... miedo a sufrir.
Hoy por hoy, semi-atrás dejó las voces de aquellos que en su día utilizaron su persona como arma de doble filo para urgar como quién escarba en carne podrida entre sus sentimientos duros y afables a la vez, tornándolos de insultantes toques que a punto estuvieron de provocarle lo que finalmente consiguieron: verse sumido en una profunda burbuja de la cual, por miedo a recibir aire, no quiso dejar de lado.
Pero los días de rebozarse la cabeza con una almohada llena de plumas en un cuarto oscuro han pasado como cuatro estaciones de tiempo tiene la vida, como 24 horas marca el reloj y los meses van pasando de 12 en 12. Y él, sigue viendo la vida pasar cuando levanta la persiana de su ventana y siente por su cuerpo ese cansancio que le da el no querer a veces seguir estando ahí.
Hoy ha querido dar un paso hacia adelante, no se cuanto le durará, pero esta convencido de que es lo mejor para sí mismo, sin pensar en los demás, pues su vida hasta ahora fue eso, un calco de lo que querían o esperaban los demás de él y a cada fracaso que se le antojaba en el camino dado, un amasijo de cristales puntiagudos se le clavaban en lo mas profundo de su alma dañando incluso físicamente su piel.
Hoy ha escogido un nuevo camino, que se torna interrogativo, como la mayoría de los atajos que creyó fáciles, tomó en su día pero que la cruel y a veces astuta vida le proporcionó un traspiés para saltar a otro por donde él nunca supo caer. Eligió un nuevo sendero que sin duda alguna, quiere pensar que su final sea la luz que alumbre la positividad que él necesita en su día a día.
Ahora es tiempo de nervio, de incertidumbre, de volver a recordar lo malo vivido porque le resulta inevitable, es tiempo de intentar ver el lado positivo de la cosa porque seguro que lo tendrá, de sentir que haces lo correcto y sobre todo, es tiempo de tirar para adelante y solamente hacia atrás... para coger impulso.

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